top of page
Título-removebg-preview.png

Indígenas trans
en el arte escénico

En esta entrevista, se diálogo con Maria Adela Donadío, la directora de la muestra escénica “Mu Dai Werara Trans”, y con Natalia Escobar, la directora del cortometraje “Aribada”,  para conocer su impacto cultural y cuáles son los planes que se tienen a futuro para  “Las mariposas del café”, indígenas trans de Santuario, Risaralda.

el teatro

Título-removebg-preview.png
Título-removebg-preview.png
Título-removebg-preview.png
Título-removebg-preview.png
Título-removebg-preview.png
Título-removebg-preview.png
Título-removebg-preview.png

“Esta es una idea del Ministerio de Cultura que se interesa por hacer proyectos con comunidades indígenas”, explica Adela Donadío para contar cómo surge principalmente el proyecto artístico. El laboratorio escénico se realiza ya que el ministerio tenía un conocimiento previo sobre los intereses que tienen “Las mariposas del café” al querer consolidar una comunidad, teniendo en cuenta sus distintas condiciones de vulnerabilidad, sobre todo por su orientación sexual.

 

Dicha dependencia hace énfasis en las poblaciones vulnerables para “resaltar las riquezas y la pluralidad cultural de este país”, teniendo en cuenta que las indígenas trans han tenido que luchar constantemente para defender sus derechos, lo que las convierte en un referente de resiliencia que vale la pena mostrar por medio de una mirada netamente cultural y artística.​​​​​

Título-removebg-preview.png

Adela Donadío explica que “la escena se va creando entre un cruce del teatro, el performance, ideas artísticas, la danza, las artes plásticas, y se construye alrededor de las ideas e historias de cada una de las indígenas trans”. Por lo tanto, las historias de estas nueve chicas se van representando a través de los distintos testimonios de superación desde el momento en el que decidieron salir de sus resguardos para formar una nueva vida.

Asimismo, comenta también que “dentro de esta obra, ellas comparten los impactantes castigos a los que eran sometidas, incluso cómo escapaban de sus comunidades de origen”, pues en cada una de las escenas se va evidenciando cómo estas mujeres debían dejar lo conocido para enfrentarse a lo desconocido. Verónica Tascón Siagama, quién es indígena trans y logró ser una de las protagonistas de la obra, menciona que “cada uno de los relatos se fue desarrollando por medio de danzas, rituales y cantos”. Mediante estas diferentes puestas artísticas, logran evidenciar cuáles son las adversidades a las que se deben enfrentar en su proceso de transformación. â€‹â€‹â€‹â€‹â€‹â€‹â€‹â€‹â€‹â€‹â€‹â€‹â€‹â€‹

DSC05656.jpg

Foto: Elaboración propia

​​Donadío, junto a su equipo, hizo que todas estas historias conmovedoras lograran tener una mirada artística por medio de nueve chicas que presentaron la obra. “Uno no trabaja con la gente para que no pase nada artístico; tú puedes leer un reportaje sobre ellas en un periódico, sí, pero verlas en un escenario, su presencia, su sexualidad, cómo se mueven, cómo hablan, cómo cuentan, eso genera mucha conmoción, mucha emoción”, comenta Donadío, que tras varias presentaciones en ciudades como Cali, Medellín, Bogotá, Santa Marta, Manizales, Pasto, entre otras, ha sido recibida con gran éxito, tanto por parte de la comunidad indígena trans, la mirada profesional del equipo encargado del proyecto cultural y el público que ha observado la obra artística. 

 

La puesta en escena de estas chicas es esencial para el proyecto, pero también son importantes  los elementos visuales, los atuendos, la escenografía, los bailes y cantos propios, pues son fundamentales para crear un ambiente de emociones al momento de transmitirle a los espectadores la realidad de sus historias de vida. 

Título-removebg-preview.png
Título-removebg-preview.png
Título-removebg-preview.png
Título-removebg-preview.png
Título-removebg-preview.png
Título-removebg-preview.png

el cine

A parte de la obra de teatro, también se realizó un proyecto cinematográfico llamado “Aribada”. Este cortometraje fue dirigido por Simon(e) Jaikiriuma Paetau y Natalia Escobar; esta última explica que, por medio del proceso artístico, “tratan de cumplir el sueño de las indígenas trans de ser reconocidas,  pues ellas desean tener su propio cabildo indígena, para que este sea reconocido por las comunidades Emberas y el gobierno colombiano”. 

​

“Siempre he tenido mucha curiosidad por las comunidades indígenas en Colombia”, dice Natalia Escobar, pues para ella, antes de realizar el cortometraje, era muy importante conocerse con ellas y explorar varios de los aspectos de la vida y el entorno de las chicas trans, para crear un vínculo de confianza que hiciera el trabajo más ameno . “Alquilé una casa en Santuario e invité a varios artistas latinoamericanos, de Alemania y a las chicas trans, donde nos reunimos cada fin de semana para hacer talleres.  Las chicas nos enseñaban cómo tejer chaquiras, música Embera y su cosmovisión; hicimos ejercicios de imaginación, fotografía, twerking, entre otras actividades”. La directora realizó todas estas labores para empezar a crear una idea de lo que se podría mostrar en el cortometraje.​

El cortometraje se ha presentado en diferentes festivales del mundo, por lo que la directora dice que “la gente se intriga mucho y les da curiosidad esas formas de existir y de ser; no creen que esto exista y preguntan si esto es verdad, si se visten o se maquillan así”. Estas interrogantes surgen porque en el cortometraje se quería mostrar principalmente lo que es “su estética y no cambiarlas”. ​​​​

Título-removebg-preview.png
Título-removebg-preview.png
Título-removebg-preview.png
Título-removebg-preview.png
Título-removebg-preview.png
Título-removebg-preview.png
Título-removebg-preview.png
Título-removebg-preview.png
Título-removebg-preview.png
Captura de pantalla (3).png
Foto: Natalia Escobar

Por medio de las historias y los sueños que las chicas trans les contaban, Escobar decidió unir las ideas y empezar a sacar varios fragmentos que pudieran ir en el cortometraje. “Las chicas trans tienen un enfoque muy diferente al de nosotros; nosotros somos lineales y ellas son más circulares. Entonces, de todo esto, empezamos a hacer un collage y ahí fue como empezamos a grabar”.

​

La directora explica de dónde proviene el nombre del cortometraje: “Aribada es un ser mítico, que es mitad humano y mitad jaguar, que se come a las mujeres, sobre todo. Fue creado por un Jaibaná, quien es el taita curandero de los Embera, y es creado a partir de revivir a un muerto, el cual se convierte en un servidor del Jaibaná”. Para ella, este personaje mítico le resulta muy misógino y le parece interesante cómo se identifican las indígenas trans con el Aribada, y comenta que “se sienten reflejadas en el Aribada, porque las personas las ven a ellas como monstruos, así como al Aribada”. 

Verónica Tascón, Mónica Guasorna y Bella Angelin Wasorna, indígenas trans de Santuario y quienes hacen parte de estas dos muestras artísticas, cuentan cómo se sintieron viviendo esta nueva experiencia y comparten la misma sensación,  pues ellas se sienten orgullosas y muy felices de conseguir trabajo en el teatro y el cortometraje, ya que logran demostrar a las personas que las chicas trans indígenas también pueden hacer parte de muestras escénicas interesantes como estas. Fue de mucha gratitud que las buscaran para realizar este trabajo, porque aprendieron cosas distintas a las que estaban acostumbradas. 

​

Pero, así mismo como el cortometraje y la obra de teatro obtuvieron miradas positivas y conmovedoras en muchas personas, también causó indignación en una persona que ha acompañado a las indígenas trans en distintos procesos de hacer valer sus derechos. Jairo Alonso Tabares, antropólogo que realizó su trabajo de grado, titulado  “Volver así: de werafa a travesías”, donde hablaba de alegrías trans sobre mujeres indígenas Embera en Santuario, Risaralda, habla sobre “qué significa lo trans si las indígenas no tienen garantía de derechos en este momento. Me parece muy relevante si hay una película, si hay documentales sobre las indígenas, porque las indígenas llevan cinco años y no han podido sacar su documento de identidad con su nombre; ahí es donde siento que hay toda una deuda de las personas que no somos indígenas y que hemos trabajado con ellas.  Más allá de lo que dice Jairo, muchas indígenas trans no sólo no cuentan con su DI (documento de identidad), también existen muchas de ellas que no son reconocidas dentro de sus cabildos y no han logrado hacer un censo para que les asignen una tierra, donde ellas puedan crear su propia comunidad. 

​

Por último, se puede analizar dos perspectivas distintas: hay una mirada completamente artística, que se puede ver como un logro que ellas han tenido, pero también está la otra perspectiva, donde se cuestiona el hecho de que ha pasado mucho tiempo y, aun así, las indígenas no han sido reconocidas legalmente como ciudadanas. 

TRABAJO-DE-GRADO-SOTO-DEFINITIVO-SIN-FON

                transindigenas@gmail.com

Indígenas trans Embera - Werapa

© 2035 para Coach Personal. Creado con Wix.com

bottom of page